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El reconocido Colegio Hontanares, ubicado en Antioquia y conocido por su enfoque educativo integral, ha decidido cambiar oficialmente su nombre. A partir de ahora, la institución se llamará SER SCHOOL, un cambio que responde no solo a una exigencia legal, sino a un proceso de renovación educativa que ha venido gestándose desde hace años.
La decisión fue orientada por la Superintendencia de Industria y Comercio, debido a la necesidad de proteger la identidad institucional y evitar confusiones con otras entidades educativas que compartían nombres similares. Ante esta directriz, el colegio adoptó una nueva denominación que, según sus directivos, refleja con mayor fidelidad la esencia de su propuesta formativa.
Lejos de limitarse a una modificación istrativa, el paso de Hontanares a SER SCHOOL simboliza una evolución educativa.
“SER SCHOOL es una evolución, es una forma de encontrarnos y de fluir porque ser es verbo, porque ser es presencia, porque ser es estar, aquí y ahora...”, afirmó la rectora Ana Isabel Piedrahíta Mejía, destacando que la nueva identidad busca reconocer la luz única de cada estudiante, colaborador y familia. Con 372 estudiantes actualmente matriculados y 379 egresados, entre ellos artistas, líderes sociales y profesionales que han dejado huella en la región, SER SCHOOL se consolida como una institución que no solo enseña contenidos, sino que promueve una experiencia educativa centrada en el desarrollo del ser.
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La institución educativa sostiene una visión pedagógica que se adapta a las realidades contemporáneas. A lo largo de los años, ha desarrollado una propuesta basada en la experiencia, el cuerpo, el diálogo, el juego y el error como oportunidades de aprendizaje. Esta filosofía se ha alineado con los cambios generacionales y sociales, transformando la enseñanza en un proceso humano y vital.
En palabras del periodista y padre de familia Federico Ríos, “ha sido interesante ver cómo el colegio se ha transformado y cómo esto también nos permite entender el crecimiento de nuestros hijos, sus cambios y los de su entorno”, afirmó.
Esta mirada desde las familias subraya que el cambio de nombre no es aislado: forma parte de una transición más amplia que toca todas las dimensiones de la vida escolar.
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Con esta nueva etapa, la institución busca consolidarse como un espacio donde la educación se vive con propósito, conciencia y sentido ético.
La apuesta no es formar para el éxito inmediato, sino para la vida en comunidad, fomentando la resiliencia, la empatía y la gestión emocional desde edades tempranas.
SER SCHOOL no solo abre sus puertas a nuevas familias, sino que extiende una invitación a conocer una forma diferente de hacer escuela: una que reconoce al otro, que educa desde la autenticidad y que se compromete con transformar la sociedad desde el aula. Este cambio de nombre marca el inicio de un capítulo renovado en la historia del colegio, reafirmando que educar es, ante todo, una forma de SER.
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