A casi dos años del gigantesco derrumbe ocurrido en la Unidad Funcional 8 del proyecto vial Ruta del Cacao, que conecta a Lebrija con Barrancabermeja y Yondó, la vía sigue sin ser habilitada y el proyecto, con un avance del 98%, permanece inconcluso. Esta semana, laAgencia Nacional de Infraestructura (ANI) visitó la zona afectada y anunció que, en tres meses, se conocerán los resultados de unos estudios enviados a Canadá, los cuales determinarán si se puede construir un nuevo trazado para unir los dos tramos separados por el deslizamiento.
El presidente de la ANI, Óscar Torres, explicó que el colapso interrumpió unos 300 metros del trazado original, y la magnitud del derrumbe obligó a suspender el diseño estructurado inicialmente.
“Ahora se requiere un nuevo curso de la carretera para empalmar los dos puntos que fueron afectados por el deslizamiento”, afirmó. Agregó que los estudios adelantados por la concesión vial Ruta del Cacao identificaron un cuerpo de aguas en el sector, y por ello fue necesario acudir a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y remitir análisis técnicos a Canadá.
“En tres meses estarán llegando los resultados y esto determinará si se requiere un estudio de impacto ambiental o una intervención directa. En dado caso de que se requiera una intervención, la concesión plantea que en ocho meses pudiera estar lista. Sin embargo, si se exige un estudio de impacto ambiental, el tiempo y el presupuesto podrían aumentar”, advirtió Torres.
La obra ha sido objeto de cuestionamientos desde antes de su ejecución por parte de veedurías ciudadanas y comunidades del área de influencia, que advertían sobre los riesgos de inestabilidad del terreno debido a la existencia de al menos 45 nacimientos de agua en el sector.
El 16 de junio de 2022, apenas 10 días después de ser inaugurado el tramo entre Puente La Paz y Lisboa por el entonces presidente Iván Duque, el terreno colapsó. Desde entonces, líderes como Germán Rueda, veedor del proyecto Ruta del Cacao, han denunciado que tanto la ANLA, como alcaldes y la Gobernación de Santander, hicieron caso omiso a las advertencias.
“Estuvimos en dos audiencias cuando la ANLA aprobó el cambio de trazado. Al principio nos dieron la razón, pero luego terminaron autorizando un trazado que sabían no era viable. La soberbia, los intereses creados y la falta de control técnico nos llevaron a esto. Han ignorado a la comunidad y hoy lo estamos pagando”, dijo Rueda tras la visita del presidente de la ANI.
El veedor también criticó el manejo de recursos públicos y la intención de trasladar al Estado el costo de una posible nueva solución. “Ahora quieren que el Estado colombiano que somos todos les financie una solución de $1.200 o $1.400 millones, cuando el problema fue causado por la mala ejecución de ellos, por el abuso de explosivos y la violación de condiciones ambientales”, denunció.
Según Rueda, las fallas no solo están en este tramo, sino en otras zonas del trazado: “En La Fortuna, en la entrada a Barrancabermeja, por donde pasaron los túneles, todo tiene afectaciones. Las obras no están bien hechas y la ANI ha sido cómplice”.
La ANI no descartó asumir el costo de una nueva solución vial si el estudio técnico lo justifica, pero la decisión final dependerá de los resultados que lleguen desde Canadá. Mientras tanto, la conexión entre Bucaramanga y Barrancabermeja por esta nueva vía sigue incompleta y miles de s se ven obligados a tomar la ruta antigua que presenta una falla geológica e implica más tiempo de recorrido.
El proyecto de la Ruta del Cacao entre Lebrija – Barrancabermeja y Yondó es de 25 kilómetros y la inversión asciende a $2.5 billones.