En medio del debate nacional por la propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar una consulta popularsin el aval del Congreso de la República, crecen las voces de alerta desde distintos sectores políticos y jurídicos sobre lo que podría representar una grave fractura a la institucionalidad democrática del país.
Uno de los pronunciamientos más contundentes provino del alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, quien advirtió a través de sus redes sociales que “Colombia no puede caer en el abismo de que se vulnere la institucionalidad y la Constitución por caprichos ideológicos”.
Beltrán Martínez señaló como altamente preocupante que una rama del poder público intente imponerse sobre otra, ignorando sus decisiones autónomas.
“Pasar la consulta popular por decreto es una fractura a la institucionalidad”, señaló el alcalde de Bucaramanga, refiriéndose al presidente Gustavo Petro, quien estaría evaluando para impulsar reformas sustanciales que no han recibido luz verde en el legislativo a través de decreto.
El debate se ha encendido a raíz de la posibilidad de que el Ejecutivo convoque una consulta directa al pueblo colombiano con base en el artículo 103 de la Constitución, sin seguir los canales institucionales previstos para este tipo de mecanismos, lo que algunos juristas consideran un atajo que desdibuja la separación de poderes.
Desde diferentes sectores políticos, incluidos de la oposición, juristas y exmagistrados, se han elevado advertencias sobre el riesgo de abrir un precedente que debilite el sistema democrático colombiano, especialmente si se acude al decreto para saltarse el debido proceso constitucional.
Organismos de control y entidades defensoras de la legalidad ya están en alerta ante la posibilidad de una confrontación institucional entre las ramas del poder. Mientras tanto, la ciudadanía y los analistas políticos siguen con atención los movimientos del Gobierno y el pronunciamiento que podría emitir la Corte Constitucional si este escenario se materializa.
La advertencia del alcalde de Bucaramanga se suma a un creciente coro de llamados a la prudencia, al respeto por la Carta Magna y al fortalecimiento del diálogo democrático como vía legítima para el cambio.