
La Casa Blanca confirma que esta semana habrá una llamada entre Trump y Xi Jinping
Washington ha hablado insistentemente en los últimos días sobre ese eventual intercambio, pero Pekín no se ha pronunciado al respecto.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que le "gusta" el presidente chino, Xi Jinping, aunque le parece que es "muy duro" y "extremadamente difícil" llegar a un acuerdo con él.
"Me gusta el Presidente Xi de China, siempre me ha gustado y siempre me gustará, pero es MUY DURO y EXTREMADAMENTE DIFÍCIL LLEGAR A UN TRATO CON ÉL", escribió este miércoles en un breve mensaje en su red Truth Social.
El mensaje se produce horas después de que EEUU activara un incremento de los aranceles sobre el acero y el aluminio, que pasan a duplicarse hasta el 50 % y añaden más incertidumbre a las negociaciones con China o la Unión Europea (UE) para alcanzar acuerdos que pongan fin a la guerra comercial.
La Casa Blanca insistió este martes en que los presidentes de EE.UU. y China, Donald Trump y Xi Jinping, hablarán por teléfono "esta semana" de cara a impulsar las negociaciones comerciales entre ambas potencias, que se han acusado mutuamente en los últimos días de vulnerar la moratoria bilateral alcanzada recientemente en Ginebra.
"Habrá una conversación de líder a líder muy pronto", aseguró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una rueda de prensa sobre la posibilidad de que ambos charlen por teléfono.
Washington ha hablado insistentemente en los últimos días sobre ese eventual intercambio, pero Pekín no se ha pronunciado al respecto.
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La portavoz concretó que Trump "tiene una buena relación con el presidente de China" y precisó que esa conversación tendrá lugar más adelante "esta semana".
"Puedo asegurarles que la istración está supervisando activamente el cumplimiento por parte de China del acuerdo comercial de Ginebra. Sé que en lo que respecta a EE.UU. hemos cumplido con los términos establecidos y los funcionarios de nuestra istración siguen en o con sus homólogos chinos", añadió Leavitt con respecto al pacto alcanzado a principios de mayo.
Esa subida decidida por el presidente Donald Trump promete afectar especialmente a países como Canadá, el gran suministrador de ambos metales a EE.UU., a grandes productores de acero como México, Brasil, Corea del Sur o Vietnam, pero también a China, el segundo país que más aluminio vende a la primera economía mundial.
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Su orden ejecutiva precisó que la medida es necesaria para que dichas importaciones "no amenacen con perjudicar la seguridad nacional".
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, insistió además ayer, martes, en que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, mantendrán esta misma semana una llamada telefónica que ayudará a desbloquear las negociaciones entre ambos países, una posibilidad sobre la que de momento no se ha pronunciado Pekín.