
Comprar casa no será problema; medida cambia condiciones en créditos
Con el Decreto 583 de 2025, los ciudadanos podrán comprar casas sin invertir de más.

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Para quienes están interesados en comprar vivienda, el pasado 28 de mayo trajo una noticia importante. Ese día, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 583 de 2025, con el cual se modifican las condiciones del crédito para vivienda No VIS.
Uno de los cambios más relevantes es elaumento del porcentaje máximo de ingreso familiar que puede destinarse a la primera cuota del crédito, pasando del 30 % al 40 %.
Esta medida no aplica para todos los casos. El aumento del umbral solo será válido cuando los solicitantes tengan parentesco hasta segundo grado de consanguinidad, primero de afinidad, único civil, o cuando sean cónyuges o compañeros permanentes.
En otras palabras, se requiere una relación cercana entre los solicitantes para sumar ingresos y acceder a un mayor monto de crédito.
Este ajuste busca facilitar el al crédito para muchas familias que, a pesar de tener capacidad de pago, no lograban cumplir con los requisitos anteriores.
Según Johana Triana, vicepresidenta comercial de Habi, “muchas familias con capacidad de pago se han quedado por fuera del sistema hipotecario por restricciones técnicas como el tope de la primera cuota”.
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En este sentido, la modificación amplía las posibilidades para financiar una vivienda de manera más cómoda.
Desde el sector inmobiliario, la medida ha sido bien recibida, pues podría dinamizar la demanda, especialmente en el mercado de vivienda usada.
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Aunque el decreto ya está vigente, todavía falta que la banca adopte esta disposición de forma efectiva.
La implementación por parte del sistema financiero será clave para que esta medida se traduzca en mayores oportunidades reales de compra.
Fernando Pico, vicepresidente de la unidad de negocio Habicredit, indicó que “el impacto será especialmente relevante para quienes no acceden a subsidios y requieren esquemas de crédito más ajustados a su realidad.
Identificamos una demanda latente que podría activarse con estas condiciones”.
En este sentido, el decreto también representa una oportunidad para jóvenes o compradores con ingresos variables, quienes muchas veces enfrentan barreras para cumplir con los ahorros exigidos en esquemas de financiación tradicionales.
Además, se espera que esta flexibilización impulse productos como el leasing habitacional, donde el porcentaje de cuota inicial puede ser menor y se ajusta mejor a las realidades de quienes no cuentan con grandes sumas para el pago inicial.
Por ejemplo, antes del decreto, una familia interesada en comprar una vivienda de $150 millones, con un crédito de $120 millones, debía demostrar ingresos mensuales de al menos $4,3 millones.
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Ahora, con el umbral del 40 %, bastaría con $3,2 millones de ingresos mensuales para acceder al mismo crédito.
Pero si la familia mantiene ingresos de $4,3 millones, el nuevo tope le permitiría solicitar un crédito cercano a $160 millones, lo que abre la posibilidad de adquirir una vivienda de aproximadamente $200 millones.
Esta mejora en el poder adquisitivo no solo amplía las opciones, sino que también lo hace sin aumentar el riesgo para el sistema financiero.
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Aunque el decreto representa un paso positivo, su verdadero impacto dependerá de la respuesta de las entidades financieras.
La capacidad del sector bancario para adaptar sus productos hipotecarios a esta nueva normativa será determinante para que la medida logre su objetivo: facilitar el a vivienda para más familias colombianas.
La medida ya está vigente, pero ahora el reto está en la implementación práctica y en la rapidez con la que la banca y otros actores del sector reaccionen para hacerla efectiva.
De ello dependerá que más colombianos puedan cumplir el sueño de tener casa propia.